La sesión comienza cuando Boram propone descansar, revisar a “los equinos” y ¡subir de nivel! antes de continuar por la grieta. Al llegar a la entrada de la cueva, encuentran una semielfa en full plate, con una yegua. Víctor le cierra el paso y parece un poco nervioso. Ella está sentada en calma, aunque se levanta de inmediato al escucharlos y saluda.
Dice llamarse Lucerna Benetnash y explica que Amina la mandó para ayudar a un semielfo llamado Amaguq y a sus amigos, que irían a revisar la guarida de cierto dragón… Después de convivir con ella toda la tarde, deciden que es buena persona, dice la verdad y puede ser buena compañía (es fuerte y ayudadora, como demostró al sacar los restos, ya un poco apestosos, del solífugo gigante).
Al día siguiente, Boram sube de nivel e Icanor lo cuida. Mientras, Lucerna lleva a los animales a pastar. Pasa el día sin novedad y, a la mañana siguiente, deciden ir hacia la grieta. Hay una confusión, pues ellos creen que Lucerna quiere conocer el lago subterráneo, y ella cree que la apertura queda más adelante; pierden algo de tiempo pero finalmente llegan a la grieta y entran.
Lucerna tiene dificultades para avanzar pero finalmente los tres llegan al fin de la famosa grieta, que abre a un pasillo ancho y bien hecho, claramente artificial. Hay rastros de baba de morsapo. Continúan hacia su derecha y ven una gran concentración de baba seca y luego nada. El pasillo sigue hacia ese lado, horizontal.
Exploran el otro lado y el pasillo sigue también, descendiendo ligeramente. Continúan durante más de una hora, hasta llegar a un marco de puerta tallado en la piedra, con inscripciones, que abre hacia un pasillo lateral. Lo siguen y llegan a una caverna enorme, cuyo techo no alcanzan a ver.
Investigan el lugar con precaución. Notan que hay construcciones en ruinas. Parece haber habido un techo a unos 6 m de altura, pero sólo se conserva en algunos lugares. No se ve nada más que derrumbes por todos lados.
De repente notan una ventana enorme, con la misma forma que todas las puertas que han encontrado. Atrás se ve el cielo, con nubes, y entra luz por ella. Se acercan con cautela, pero precavidamente siguen explorando otros lugares: algo que parece cocina, un gran salón… Al comprobar que no hay mucho más, se aproximan a la ventana otra vez.
Icanor, valientemente, toma una flecha y la saca por la ventana. En cuanto la flecha atraviesa el umbral, el muchacho es jalado con fuerza hacia afuera y empieza a caer.
Los otros dos quedan azorados, y súbitamente escuchan un ruido por atrás. Pronto comprueban que son hienas voladoras con patas de ave y unos arcos enormes, que detienen con las garras de las patas y tensan con los miembros superiores. Las hienas tratan de empujarlos por el portal, hacia le vacío. Logran hacerlo con Boram, aunque cae muy herida una de ellas. Las otras dos cruzan el portal volando.
Mientras tanto, Icanor descubre que puede decidir hacia dónde cae. Al ver salir a las hienas, les dispara. Boram cae hacia “abajo” en un principio (como todos), pero también nota que puede dirigir su caída. Lucerna guarda escudo y espada, saca arco… y para entonces las hienas no están a la vista. En eso ve pasar a Boram e Icanor cayendo hacia “arriba”. Eso la decide y se lanza por la ventana, empezando a caer.
Las hienas, que en un principio atacaran a los paladines, cambian de táctica y disparan contra la enlatada. En su arrojo, pierden sus arcos, pero los recuperan fácilmente. Los paladines y la semielfa, que ya controla su caída, responden el fuego…
Fin de la sesión, hacia el medio día de 30 Lodo 13306.
150 XP por cabeza por la mini-aventura “Bienvenidos al país del cielo interminable”.