Septuagesimonovena sesión

 

La sesión comienza cuando empiezan a caminar, después de prepararse y desayunar. Transitan por la pequeña franja de pantano que hay entre el bosque y el “lago”: la parte líquida del pantano. Después de caminar por tres horas, de repente les llega una andanada de flechas gigantes procedentes del bosque, casi directamente hacia el norte de donde se encuentran.

Belarak inmediatamente castea una wind wall, que detiene la siguiente andanada de flechas. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no logran distinguir quiénes están atacándolos. En un momento, el impaciente e impredecible Sthlyfaugh trasciende la barrera de viento y recibe otros flechazos. Aunque sólo uno conecta, lo deja muy maltrecho. Regresa tras la wind wall y Boram canaliza, curando al rogue y al druida. En esta ocasión, las flechas proceden del noreste, pero aún así no logran distinguir a nadie.

Belarak conjura un perro para que busque, pero éste resulta poco efectivo. Pronto queda claro que los están atacando desde muy lejos. Entonces deciden penertrar al bosque y seguir la dirección de donde proceden los tiros. Se acercan poco a poco, después de que el druida mande a Toño II a esconderse lejos de ahí.

Conforme se aproximan los alcanza otra andanada, que tumba a Sthlyfaugh. Boram trata de curarlo pero ya es demasiado tarde: habrá que esperar el amanecer. Sin embargo, antes de caer el rogue logra distinguir a una giganta de unos 6 m de altura, desnuda, con piel cobriza cubierta de tatuajes de color azul rey. Aún con la indicación, los demás tardan un par de rondas en vislumbrarla, pero ya todos la tienen identificada cuando cae el semielfo.

Entonces Belarak castea un ankilosaurio junto a la giganta. Éste ataca, pega y la deja dazeada. Boram apoya con flechas. Alexandir, que aún está lejos, conjura un pteranodonte para que pueda acercarse rápidamente y atacar. El ankilosaurio repite la dosis, con el mismo resultado: mucho daño y un round de daze. Y repite otra vez, y otra vez… hasta que la susodicha cae, sin haber podido hacer nada en todas esas rondas.

La revisan, trae un arco gigante, un carcaj con varias flechas, unos brazaletes y nada más. Le quitan los objetos y Belarak amarra el arco en lo alto de un árbol. Después se va en busca de Toño II. Alexandir pone un rope trick extendido y se mete a craftear. Boram reza junto al cadáver de Sthlyfaugh. Cuando regresa el druida, se da cuenta de que la giganta ya no está. Desde lejos revisa y constata que el arco sigue donde lo dejó.

Fin de la sesión, a las 13:00 de 45 Viento 13306.

2400 xp por cabeza

 

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Gigantas y cerebro (79-84)

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