Cuando empieza la sesión, Icanor acaba de disparar una flecha contra uno de los hongos de color morado, que él considera invasores del baño de la pollería. El hongo busca refugio, al recibir una agresión que no sabe de dónde viene.
Todos se acercan con cautela, atacando. Los hongos, al percibir comidita, van a su encuentro. Gared se esconde tras las grandes tumbas, sólo para descubrir que los hongos, aparentemente, no perciben utilizando luz, pues le lanzan un par de latigazos y lo obligan a retirarse. Debido al conocimiento previo que Icanor y Amaguq poseían de dichos bichos, y a la gran lentitud de los monstruos, pronto dan cuenta de ellos.
Se acercan con cautela a la tumba que tiene oro encima. Icanor lo recoge y lo guarda, además de un frasco metálico, que aparenta ser una poción mágica, y una vara muy derecha, de unos 30 cm de largo.
Boram utiliza detect magic para averiguar que la poción tiene magia de la escuela de conjuración y que la vara sirve para llamar criaturas que pueden ofrecer algún servicio.
Entonces Haken y Gared deciden salir de la cripta, o pollería, o lo que sea: no les resulta atractiva o no le ven el caso a andarse arriesgando sólo por curiosidad y posible tesoro. Amaguq, Boram e Icanor continúan por el corredor, hasta acercarse a la zona donde Algrosh e Icanor recibieran descargas eléctricas algunos días antes.
Se detienen a unos 15 m del final del corredor, que es el lugar desde el que se habían emitido las descargas. No saben qué hacer… De repente, se les ocurre una idea: van nuevamente a la zona de tumbas y toman una tapa de una de las tumbas abiertas recientemente (por Algrosh, Amaguq e Icanor). Colocando la lápida de canto, se aproximan al fondo del pasillo. Hay descargas, pero la laja de piedra los protege y no sufren daño. Finalmente, recargan la tapa contra la pared, obstruyendo los rayos eléctricos.
Entonces tratan de abrir la puerta, pero no parece sencillo. Se les ocurre pedirle a Gared sus herramientas “de ladrón”, así que Icanor sale por ellas. Regresa y logra abrir la puerta, tras la cual hay unas escaleras que suben. Pueden constatar que del fondo del corredor se disparan cinco descargas, seguidas una tras otra, detenidas por la laja, y después nada…
Icanor sube la escalera sigilosamente, tratando de percibir auras malignas. Al fondo se ve un altar (consagrado a Aidonio; ya los reconocen) sobre el que hay una bola de enrgía eléctrica. Al terminar de subir la escalera, percibe varias auras. Se mueve un poco por la zona… y de repente le cae tremenda descarga eléctrica desde el techo, por lo que se retira de inmediato escaleras abajo.
Boram sube con cautela y es recibido por varias flechas. Amaguq trata de lanzar la piedra con luz (que había preparado Boram antes de entrar a la cripta) a un lugar que permita ver el interior del salón, pero no lo logra y la piedra termina a sus pies. La lanza de nuevo y alumbra, revelando varias calacas con arcos y otro muerto viviente, aparentemente femenino, cubierto de vendas.
Los muertos se aproximan, atacando. Ambos paladines designan a la momia como víctima de su smite evil, así que empiezan a hacerle mucho daño. Ésta se acerca y golpea a Amaguq, dejándolo inconsciente, pues el semielfo ya había recibido algunos flechazos. También arremete contra Boram, y Víctor, a pesar de la presencia de su dueño, se aterroriza y sale corriendo. Boram logra desmontar en el corredor, cerca de la entrada del salón.
Mientras tanto, Icanor sigue recetando a la momia una dosis de flechas dobles, que le hacen mucho daño. Boram regresa y canaliza, destruyendo a las cuatro calacas restantes, que lanzaban una continua y molesta lluvia de flechas.
Poco después terminan con la momia y Boram cura a Amaguq, quien recupera la conciencia. Al fondo del salón hay un cofre. Icanor lo abre y toma un libro muy grande (100 x 70 x 25 cm) que hay en él. No parece haber nada más. El libro está escrito en un idioma desconocido: el mismo utilizado en las inscripciones que han encontrado en diversos lugares de la cripta.
Amaguq revisa el cofre y descubre que es más alto por fuera que por dentro. Investiga con cuidado y encuentra dos compartimientos secretos: uno es de 90 x 25 x 10 cm y está vacío, el otro es de unos 15 x 15 x 10 cm y tiene dentro un anillo enorme, de oro con piedras preciosas; una piedra central de color azul intenso y otras cuatro de menor tamaño y tono más tenue, también azules. Todas las gemas son translúcidas.
Fin de la sesión, hacia el medio día de 14 Lodo 13306.
Gared y Haken: 480 XP
Amaguq, Boram e Icanor: 1546 XP
Comentarios
1) Muy delicado el tema de los muertos vivientes y los paladines. Dos paladines juntos pueden enfrentar muertos vivientes mucho más poderosos que ellos mismos. Súmenle a eso el levanta-muertos que originalmente se había ofrecido a acompañarlos al interior de la cripta… Finalmente fueron sólo tres, pero dos de ellos eran paladines.
2) Creo que fue gran suerte de Amaguq haber caído a la primera cachetada de la momia, pues así sus demás ataques fueron dirigidos a los paladines, inmunes a todo tipo de enfermedades. La enfermedad que transmiten las momias al cachetear es muy destructiva y extremadamente difícil de curar.