La sesión comienza en el cuarto donde habían encontrado una momia. Habían revisado con cuidado el cofre y habían abierto una tumba. Deciden no tocar lo que hay en las tumbas y retirarse con el contenido del cofre: un libro y un anillo.
Al salir, encuentran a Víctor con Jorge y Petrona, acompañando a Haken y Gared. Deciden ir a hablar con los monóculos, para saber el nombre de la cripta y lo que dice el libro encontrado en el cofre. Como ya es tarde y saben que no hay un buen lugar para pernoctar sino después de varias horas de camino, acampan al borde del valle donde se encuentra la cripta.
Al día siguiente llegan a la guarida de los monóculos, quienes no parecen felices de verlos y les preguntan la razón de su regreso. Amaguq dice que quiere hablar con ellos, así que les piden que regresen a la mañana siguiente y les prohíben dormir en la montaña donde se encuentra su cueva. El clima está cada vez más húmedo y neblinoso; empieza a sentirse frío por las noches.
Poco después del amanecer, tras preparar hechizos y desayunar, se dirigen nuevamente a casa de Oliverardi y Laurel. Laurel baja a encontrarse con ellos a unos 60 metros abajo de la cueva, mientras Oliverardi lo cubre con su ballesta enorme. Cuando le preguntan, afirma que la cripta se llama “la cripta”. Amaguq entrega el libro al monóculo para que lo estudie, y menciona que necesita un cristal transparente. Laurel le presta un cuarzo y mira fijamente el libro mientras lo hojea.
Amaguq utiliza el cristal para castear read magic, con lo que descubre que la escritura del libro no es mágica, pero aprovecha el tiempo para identificar los scrolls que trae y algunos de los hechizos que hay en el spellbook encontrado en la cueva del mimic. Laurel le pregunta que qué dice el libro, y se extraña de que Amaguq y sus amigos no sepan leer… Finalmente Amaguq cambia el libro por el cuarzo, sin que Boram ni Icanor pongan objeción alguna. El monóculo sonríe, los llama “amigo” y les regala media cabrita asada que traía en un morral.
Deciden entonces bajar a Linovandel: Anathiel les había contado que hay un pueblo élfico al pie del camino que baja del paso principal (de la cordillera Mojiganga), del lado del gran bosque (oeste), cuidándolo. Tienen idea de que es realtivamente grande. Por cierto, aunque ella dijo venir de ese bosque, nunca fue precisa ni respecto a su lugar de origen ni respecto a la razón para estar del otro lado de la cordillera. Lo que sí comentó es que, comparado con ese gran bosque, aquél en el que estaban era como un parquesito.
Después de estudiar el mapa, deciden que es mucha vuelta regresar por el valle de los arctántropos, y suponen que debe haber una forma de pasar más arriba, pues por ahí llegaron Haken y Yar-Osse. Regresan entonces a la cripta y llegan al anochecer. Encuentran a Haken y a Gared, y el primero les indica la ruta con detalle. Al día siguente avanzan un trecho, y a media mañana de 18 Lodo llegan finalmente al paso. Del otro lado… no se ve nada, pues está muy brumoso.
Continúan camino y al anochecer se detienen a descansar. Durante su guardia, Amaguq se divierte con sus nuevas aptitudes mágicas: busca venados y encuentra uno, busca serpientes venenosas y encuentra varias, busca arañas gigantes… que no son “animales”, así que no habría detectado ninguna aunque hubiera habido. Durante la noche se despeja el cielo por completo.
A la mañana siguiente, después de apreciar la vista del gran bosque, que se pierde en el horizonte, y de preparar hechizos, continúan el descenso. Pronto llegan a una zona muy empinada (60°) donde el camino serpentea, manteniendo una pendiente moderada. Hacia le medio día, Boram escucha algo tras de sí… y al voltear vislumbra un dragón de color café con amarillo, que dispara una línea de fuego hacia el grupo. Avisa y trata de saltar, pero se le atora un pie en el estribo y recibe de lleno, al igual que todos los demás, una explosión de fuego.
El dragón, de unos 3 m de longitud (sin la cola) se acerca a una velocidad impresionante y ataca a Amaguq, quien previamente se había protegido contra el fuego. Le aplica una mordida terrible. Icanor, quien al huir de la explosión se había deslizado por la pendiente, asciende escalando para poder atacar. Boram se aleja y canaliza energía.
Amaguq contrataca, pero el dragón nuevamente lo muerde y lo golpea con la cola, dejándolo inconsciente. Los paladines atacan y se curan. Además, Icanor canaliza. El dragón se lanza sobre Boram, pero falla: ambos paladines han aplicado su smite evil a la criatura, así que la hacen trizas fácilmente y sin recibir ni un rasguño.
Terminado el combate, Boram cura a todos, con énfasis en Amaguq, quien recupera la conciencia. Éste decide extraer los dos colmillos de la bestia, lo que logra fácilmente. Ya encarrerado, opta por desollar al animal, aunque le tome toda la tarde. Los paladines lo apoyan moralmente. Al hacer el primer corte profundo, nota cierta reacción de la bestia… son sólo los últimos estertores, pero aún así Boram se acerca y le encaja su glaive en la cabeza.
La piel está entera y ya limpia cuando empieza a anochecer. Amaguq busca un lugar para dormir y encuentra una cueva con piso más o menos horizontal, ideal para guarecerse de la lluvia. Los paladines terminan de curar a Amaguq y a los animales. Se disponen a dormir.
Fin de la sesión, al anochecer de 19 Lodo 13306.
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