Cuadragesimosexta sesión

 

La sesión empieza con Alexandir y Belarak reponiéndose de su fireballazo. Boram indeciso en el pasillo con forma de diamante. Sthlyfaugh solo en el cuarto por el que habían entrado, disponiéndose a revisar la mesa con cuidado.

El semielfo observa que, en la esquina de la mesa más cercana a la cama (y al espejo) hay un espacio vacío, de forma más o menos cuadrada, de unos 50 cm de lado. Es raro, pues toda la mesa está llenísima.

Un lado de la mesa está repleto de papeles y tiene un libro abierto, en un idioma que el rogue no entiende. En el otro lado hay recipientes de varios tipos y tamaños, de vidrio y metal, así como pinzas y otro material de laboratorio. En el centro hay tres máquinas extrañas. Una de ellas tiene una palanca. Sthlyfaugh la baja y… la máquina explota, dejándolo herido e inconsciente. Aunque se estabiliza de inmediato, su suerte es dudosa. Como dice un antiguo proverbio chino: “Don’t split the party”.

Mientras tanto, Alexandir logra romper la cerradura con su greatclub. Al abrirse la puerta, ve al gnomo al fondo de un pasillo, pero éste se retira inmediatamente hacia el lado izquierdo (desde el punto de vista del humano).

El mago persigue al mago. Lo alcanza cuando éste termina de conjurar un elemental de aire de tamaño mediano, que ataca a Alexandir. Belarak va detrás, pero siendo pequeño y usando plate mail, su velocidad es poca.

Están en un cuarto pequeño, con dos puertas metálicas, una frente a otra. El gnomo sale por una de ellas, que se cierra automáticamente. Alexandir se suelta a mazazos. Con el primero, descubre que la puerta es de madera, sólo recubierta de acero, así que decide tronar la puerta entera, en vez de la cerradura.

La puerta se daña rápidamente. Cuando está a punto de romperse… explota un fireball en el cuarto. Belarak nuevamente resiste el daño. Alexandir se quema un poco, pero no tanto. La puerta termina de deshacerse.

Se ven unas escaleras que suben y dan vuelta hacia la izquierda. Alexandir asciende. Al dar la vuelta, ve al maguillo al fondo de otro tramo de escalera, terminando de conjurar otro elemental de aire de tamaño mediano.

Para entonces, Boram, después de constatar que el semielfo está estable, y sabiendo que si sale del pasillo no podrá volver a entrar, decide seguir al druida y al arquero. Éstos dan cuenta rápidamente del elemental (claramente esos bichos son mucho menos poderosos fuera de su hábitat natural) y siguen subiendo. Llegan a un pasillo horizontal. Al fondo de ese pasillo hay otras escaleras, que bajan. Mientras Alexandir busca puertas secretas en el pasillo, Boram explora dichas escaleras, que descienden, dan vuelta y, después de otro tramo, llegan a una puerta de madera.

Llama a los demás, quienes lo siguen. Abren la puerta, y descubren que es la que está enfrente de la última que destruyeran. Boram revisa la zona del pasillo cercana a esa puerta y encuentra un compartimiento escondido, donde hay una palanca. La sube. Aparentemente no pasa nada.

Para entonces, los otros ya encontraron una puerta secreta al fondo del pasillo. La abren, estando los tres juntos. Los recibe el maguillo acompañado de un gnomo vestido de manera poco lujosa, quien dispara una ballesta, pero falla. El maguillo castea un web en todo el cuarto, que es una biblioteca. Acto seguido, ambos salen corriendo, cada uno por una puerta (el maguillo por el oeste del mapa, el otro por el este).

Belarak, flama en mano, quema poco a poco la telaraña mágica. Siguen por la puerta del oeste y llegan a otro cuarto, donde hay dos baúles, un armario y varios barriles. Puede apreciarse una puerta al sur… ¡la primera que no está cerrada con llave de las que han encontrado!

La abren y llegan a lo que parece una cocina. Hay una puerta hacia el este (del mapa) y se escucha mucho ruido procedente de esa dirección. De repente, se abre esa puerta y aparecen cuatro humanos con breastplate y una insignia de un águila, que Belarak reconoce: es la insigna del reino de Adler. Uno de los humanos, que parecen soldados regulares, tiene la espada desenvainada, mientras que los otros apuntan con arcos largos.

Belarak trata de hablar con ellos, de explicar la situación. Les dice que sabe dónde está y sabe que ellos son soldados de Adler. Lo miran perplejos, como si estuviera loco, pero no dejan de apuntarle y de ordenarles a todos que se rindan y tiren sus armas. Belarak trata de seguir explicando, nadie tira sus armas, los soldados atacan.

Alexandir se vuelve invisible y se va, susurrando a los otros que lo sigan. Mientras tanto, Boram tumba a uno de los soldados a flechazos. Belarak sigue al mago y Boram va después. Regresan al cuarto con la telaraña, donde Alexandir los hace invisibles, y pasan por la otra puerta. Llegan a otro cuarto, que parece una recámara.

Belarak y Boram detectan magia, pero no parece haber ningún aura. Ya vienen los guardias. Se esconden lo mejor que pueden. Llegan más y más guardias, que abren otra puerta, al sur del cuarto, mostrando un salón grande con un portón que da a la calle. Deciden escapar por ahí.

Con mucho trabajo y algo de ayuda divina (hero points) logran escapar los tres. En el salón hay, además de muchos guardias regulares y una pareja de gnomos (uno de ellos es quien les disparó con la ballesta), un soldado de alto rango y un arcanista, con quienes habla el gnomo mago.

Al salir, cada quién toma su rumbo entre la multitud de mirones…

Fin de la sesión.

Alexandir, Belarak y Boram: 1600 xp

Sthlyfaugh: 600 xp

Comentario

Desde que cayeron Lucerna y Bantu al principio, se veía difícil lograr la misión (quitarle al mago la piedra que protege de seres de la tierra), aunque si lo hubieran logrado grapplear… Se admira la tenacidad del grupo, y el hecho de que no sólo hayan logrado sobrevivir, sino incluso escapar (momentáneamente, al menos, je).

 

Primera sesión    Sesión previa    Siguiente sesión

Masteraje

El mago (43-52)

Comentarios

error: Content is protected !!