La sesión empieza un poco retroactivamente, durante la despedida en casa de Garrul-al-Messer-al-Tevender, cuando Alexandir recuerda preguntarle el nombre del comprador de Icanor. El joyero mercante revisa su libro de registro y comunica que se trata de Imarril-al-Teveri-al-Techorear, emérito de la Asociación Científica de Akrranchep (ACA).
Se dirigen a la agencia de guías foráneos y encuentran aún a Baduk-al-Hekte, quien los ha guiado ya en dos ocasiones. Tratan de conseguir un descuento, debido a la frecuencia de los contratos, y parecen estar cercanos a lograrlo, a pesar de que las tarifas como tales son fijas, cuando Wojtej, no muy versado aún en los usos y costumbres de la sociedad shaitán, comenta que si él no acepta contratarán otro guía. El orgullo y el honor de Baduk se ven heridos en lo más profundo, así que simplemente afirma que hagan eso y deja de prestarles atención. Tras mucha insistencia acepta llevarlos, pero durante el trayecto ignora por completo al gnomo reptiliano.
Pasan el primer puesto de guardia sin contratiempos: ya son conocidos en ese camino, pues es la tercera vez que lo recorren en una semana. Llegada la hora de descansar, Baduk afirma que considera estar en buen lugar para… ¡poner el rope trick! Es la primera vez que observan algo de emoción en el marmóreo rostro de un shaitán. Sin embargo, Wojtej se apresura a montar su propio rope trick, y además se lo echa en cara al genio, quien se mosquea sensiblemente y, a partir de entonces, permanece taciturno durante todo el trayecto. Por fortuna, Alexandir castea también un espacio extradimensional, donde el shaitán pasa la noche (en vela, como siempre).
Al día siguiente continúan sin contratiempos y pasan sin problemas por el puesto de guardia. Hacia el final del día alcanzan Avrragrrom, donde Baduk los conduce al hotel de Merrik-al-Jebim-al-Tospedar, donde han dormido otras veces, y los deja sin siquiera despedirse. Como Agra, Miztli y Sthlyfaugh bien saben, eso significa que está gravemente molesto y ofendido.
Duermen y despiertan, se preparan y desayunan, se dirigen a la Central de la ACA tras contratar un guía citadino por seis horas, pues el sitio queda en la otra punta de la ciudad y viajar por túneles es lento. Tras dos horas de marcha llegan a una cámara donde hay varios jann y algunos muebles donde parece que se guardan papeles y tablillas. Preguntan por Imarril-al-Teveri-al-Techorear, un janni se va y regresa unos minutos después, acompañado por un shaitán.
El recién llegado afirma que Imarril está en una reunión, pero que él puede atenderlos. Tras algunos malentendidos, que siembran dudas acerca de la capacidad neuronal del académico, éste entiende que buscan información sobre un especimen que investiga el emérito, y dice categóricamente que no es posible. Como la cosa se alarga y el interlocutor parece bruto e intransigente, Wojtej pierde la paciencia y apela a la intimidación. Realmente es bueno para eso, así que el shaitán y los tres jann presentes se ponen a temblar, y el primero balbucea que sí, claro, que no había entendido bien y que lo esperen un momento.
Se retira. Los jann permanecen, dando muestras de gran desasosiego. Pasan diez tensos minutos, durante los cuales Miztli trata de averiguar en su libro de leyes las posibles consecuencias de la escena que acaba de dearrollarse. En eso están cuando surgen de suelo y paredes varios shaitán (alrededor de quince) con el uniforme de la guardia citadina, armados con cimitarra y escudo. Ordenan imperiosamente a los aventureros que dejen sus armas y se entreguen, les avisan que tienen derecho a guardar silencio hasta que los interrogue alguien con la autoridad para hacerlo, los rodean y emprenden la marcha.
Tras diez minutos llegan a una cámara donde hay muchos guardias y también muebles que parecen archiveros. Se acerca una shaitán con uniforme de oficial y el sargento, quien comandara el medio-pelotón que arrestó al grupo, le comenta algo en voz baja mientras le entrega las visas de los aventureros. Entonces ella se dirige a Wojtej y lo interpela por tener una visa vencida hace cinco años… El gnomo no lo puede creer, pues supone haber llegado al Plano de la Tierra pocos días antes. Es arrestado y despojado de todo su equipo, aunque en el proceso deja claro que es paladín, lo que inmediatamente modera el trato que recibe de la shaitán.
Rápidamente se resuelve el entuerto: fue petrificado y, debido a su naturaleza y personalidad, no se preocupó por averiguar cuánto tiempo había estado como estatua. La oficial se presenta como la capitana Rekkli-al-Malka-al-Gaudí y explica que la insignia que porta en la librea (tres puños) es la correspondiente al grado de capitán. Parece que, después del incidente, tiene una disposición especialmente buena hacia Wojtej. Independientemente de eso, como marca el reglamento, le expide un Permiso Provisional de Circulación Peatonal Intercitadina, que el gnomo debe canjear por una visa ese mismo día, en las oficinas de migración, sin costo alguno.
Advierte al grupo que no son bienvenidos en las premisas de la ACA, en ninguna ciudad, y que deben evitarlas. De no hacerlo, pueden ser encarcelados. Tienen libre tránsito por el shazanato, con la excepción antedicha, pero les recomienda que moderen su comportamiento y tengan cuidado de respetar leyes y convenciones sociales. Cuatro miradas atónitas acompañan al mismo número de bocas abiertas, al constatar que quien ocasionó el problema es el que recibe mejor trato e incluso muestras de amistad por parte de la capitana.
Salen de la comisaría. Parece ser que la última carta que les queda es Machek-al-Lrrunrag-al-Tepogger, el coronel noble que fungiera como intermediario para la primera información sobre Icanor, quien también se encargó más tarde de los barriles bocones (rescatando a Agra, Miztli y Wojtej) y que parece experimentar una preocupación genuina por el muchacho perdido. Tras consultar con su guía, y de acuerdo con la localización del hotel, la oficina de migración y la casa de Machek, deciden ir primero con el militar.
El noble shaitán, con piel marmórea de color verde claro, los recibe tras una corta espera. Se entera de la situación y los amonesta por sus modales, pero ofrece ayudar cuanto pueda, a pesar de no tener mucha relación con los académicos. Van entonces a la oficina de migración, donde el trámite es expedito, y regresan a descansar, pues no hay mucho más que hacer y se termina el tiempo del guía. Pasa un día en el que aplican sus diversos entrenamientos y prácticas y, al segundo día, llega un mensajero del coronel diciendo que les concertó una cita con el consabido emérito para el día siguiente, pero que el pequeñuelo reptiliano no puede asistir. Además, deben ir acompañados por una escolta del regimiento de Machek.
Por la mañana, tras el desayuno, llegan ocho hombres del coronel por ellos. Los conducen a la ACA, a una cámara particular, donde están tres académicos y seis guardias citadinos. En el lugar hay varios libreros de piedra, con algunos objetos curiosos además de, por supuesto, varios libros. Al centro hay alfombras con almohadones y, en un extremo, la consabida pecera con peces de gema, que el joyero de Krostkrr les comentara que proceden del Lago Encantado, al NE del shazanato.
El académico que está sentado al centro se presenta como Imarril-al-Teveri-al-Techorear y los invita a sentarse. Sabe que Alexandir es hermano de Icanor y a él se dirige. Tras una conversación bastante larga, consiguen entenderse y llegan a un acuerdo. A continuación, un resumen de la información proporcionada por Imarril:
“Sí, mire, yo me especializo en etología, pero también he profundizado en teología: soy etoteólogo, abocado al estudio del comportamiento de no-genios. Por eso Icanor nos resultaba tan interesante a mis colegas y a mí. Se trata de un caso muy particular. Algunos consideran que puede ser un iluminado, y otros piensan que sólo se trata de un retrasado mental. Yo, por mi parte, humildemente opino que… ¡es ambas! Y ahí radica lo crucial de la situación. Es uno de esos especímenes que se presentan una vez cada mil años. Y bueno, siendo usted su hermano, no sé… es decir, a cambio de un buen sueldo, claro, sería… porque no sé si usted quiera… digo, no estaría obligado a nada en particular, salvo permanecer aquí, en las instalaciones de la ACA.”
Alexandir declina, e insiste en la premura por conocer el paradero de Icanor, así que el emérito prosigue: “Bueno, sucede que al tratarse de un caso tan excepcional, decidimos darle todas las libertades posibles. Era estrictamente necesario para nuestra investigación, usted comprende. Y resulta que… pues… la verdad es que nos descuidamos un poco: mire usted, Icanor quiso enseñarle magia al kóbold, y le dimos las facilidades. Resultó muy revelador, pues siendo él apenas capaz de leer, logró sembrar tal curiosidad en el reptil que éste (él sí muy avispadillo, por cierto; demasiado, como pronto se verá)… Le decía entonces que ¡el kóbold aprendió magia arcana por sí solo! ¡Formulitas de mago! Icanor creía él estarle enseñando, pero en realidad ni siquiera podía entender las mínimas bases del arte (a menos que estuviera actuando, como aventuran algunos).
“Bueno, para no extenderme, básicamente un día se las ingeniaron para robar un scroll de teleport, y para activarlo… Hicimos algunos intentos infructuosos por encontrarlo, pero en realidad, en lo que tramitamos los fondos para una expedición con el fin de atrapar a un fugitivo, seguramente ya haya perecido o sea inalcanzable. Es lo que me molesta de la ACA, la lentitud en algunos trámites que deberían ser expeditos.
“Ah, y recuerden que, si lo encuentran, pertenece a la ACA. Pagamos 5000 gp de rescate por el par y 3000 gp por uno solo. Dejó una nota, que les permito ver si prometen ir a buscarlo.”
Los aventureros pagan 100 gp de “gastos corrientes” y juran por Kalálkatavar que, si rescatan a Icanor, lo entregarán a la ACA. Imarril entonces les muestra la nota que dejó el humano y el cuarto donde habitaba junto con el kóbold.
Nota de Icanor:
“mis keridos hirvientes de piedra:
me boya ir pk es mi de ver
pero no semen pon-gan tris-tres
pk otro mas van a ser bir
me lo dijo SR AGUILA”
Cuarto de Icanor: gran cámara bien iluminada, con todas las facilidades para dormir, cocinar, estudiar y enseñar: pizarrón y gis; libros, cuadernos, plumas, tintas de diversos colores; mesas, sillas, caballetes, acuarelas, pinceles; arcos, dianas, armas de melee, herramientas varias, etc.
Alexandir aventura que probablemente hayan ido a buscar un “gran mal” para vencer. Imarril afirma que La Estructura es el mayor mal de la zona, aunque sus cuarteles principales no se ubican en la dirección hacia donde parecen haber huido (NE). Alexandir se inclina por algo más espectacular, y revisa los libros que hay, pero no encuentra nada particular. El académico comenta que el kóbold se interesaba principalmente en matemáticas, tecnología y, sobre todo, la magia, a la que se dedicó casi de lleno tras descubrirla.
Imarril les entrega los camisones que usaban los especímenes en las raras ocasiones en que permitían que se lavaran sus ropas habituales y se despide de los aventureros, aparentemente con una ligera esperanza de recuperar sus muestras y poder continuar con tan interesante experimento. Al salir de la ACA, su escolta les pregunta si quieren que los lleve de regreso al hotel de Merrik-al-Jebim…
Fin de la sesión, a las 13:00 de 6 Horno 13306.
2500 xp por cabeza
Agra: 236,682
Alex: 236,750
Miztli: 236,682
Sly: 236,682
Woj: 236,682
Comentario
Jaime: Empezaste en plena misión diplomática y, para colmo, en un entorno extremadamente restrictivo.
El grupo viene de un largo periodo en el Plano de los Torneos, lugar harto ligero donde además hay de todo y a precios económicos. Huelga decir que antes de eso fueron esclavos de un kraken, quien los “obligó” a hacer cosas terribles…
Es decir: no siempre es así de represivo el entorno y generalmente hay más acción que en estas sesiones.
Agra está en situación similar, pero Blackfire no, porque ya nos conocía y vivió las otras aventuras con otros personajes.
Otra cosa: se me pasó que estabas en forma elemental. Moverse a través de la roca es menos confuso que hacerlo por el laberinto de túneles, así que preguntándole al guía y con un poco de suerte, podrías haber llegado tú solo a la oficina migratoria (aún sin hablar Terran, para preguntar a medio camino). Claro que también, con mucha mala suerte, podrías haber perdido el rumbo por completo, llegar quién sabe a dónde y quedar sepultado bajo tierra cuando se te acabaran los slots…
Miztli: ¿Algo en especial que quieras hacer en la ACA?
Sly: ¡Regresa Bleakill! Bueno, en realidad es otra shadow. Reglas revisadas:
– Las shadow no tienen lenguaje, así que no puede comunicarse con nadie, ni siquiera por telepatía, salvo contigo en un idioma que sólo ustedes dos entienden.
– Hace lo que tú le ordenes salvo en casos muy excepcionales. Es muy bruta y es undead, no gente normal.
– No acepta hechizos de nadie a menos que tú se lo ordenes. Si alguien trata de castearle algo sin que le hayas ordenado aceptarlo, trata de evitarlo (AC), ataca de oportunidad e intenta resistirlo (save). No rehuye a los miembros del grupo pero evita tocarlos si es posible. En general, evita tocar cosas vivas si no está atacándolas.