Trigésima sesión

 

La sesión comienza con Amaguq, Boram y Jorge inconscientes por sus heridas, aunque estables, y bajo el agua. Boram es arrastrado por un morsapo, jalando a Amaguq, amarrado a él. Icanor observa azorado, pero… el monstruo suelta al pequeño y parece retirarse hacia la derecha, como rodeando el islote.

Icanor alcanza a notar cierta revitalización en Amaguq. Guiado por su intuición, rescata primero a Jorge, quien comienza a respirar al llegar a tierra. Después el imberbe muchacho se lanza al agua otra vez, para sacar a sus amigos, pero apenas toca el líquido siente cómo otro cuerpo entra justo detrás de él. Al voltear, descubre a un morsapo (probablemente el que dejara al hobbit, atacando por detrás después de dar la vuelta). Trata de salir del agua, pero con la sorpresa del momento no consigue alejarse mucho nadando. Es atacado y cae inconsciente.

Cuando abre los ojos, está en un agujero de unos 3 m tanto de diámetro como de profundidad. Con él se encuentran el semielfo, el hobbit y el lobo, inconscientes pero estables. No mucho después se acercan dos morsapos a la boca del hueco y observan. Icanor finge estar sin sentido y, después de un par de minutos, los bichos se alejan. Puede escucharse un sonido como de varios morsapos, pero su croar es más agudo y tiene menor volumen.

Después de un tiempo abre los ojos Boram. Icanor le indica que permanezca en silencio. Una hora más tarde recuperan la conciencia Amaguq y Jorge. Les señalan que no hagan ruido. Poco después escuchan cómo se aproximan los anfibios. Icanor les dice que finjan estar inconscientes, pero Amaguq resbala de su posición semi-sentada, instintivamente se detiene con el codo… y un momento después le cae un morsapo encima, con los colmillos por delante, matándolo en el acto. El otro morsapo “grita” en la boca del hueco.

Icanor, Boram y Jorge reaccionan y atacan. Tienen todo su equipo, incluidas sus armas. Lo hieren, el bicho ataca a Jorge despachándolo inmediatamente, lo hieren más. Trata de escapar, por un camino de baba que entonces notan, pero lo matan antes de que salga del hueco. Comprueban que Amaguq y Jorge están más allá de toda atención médica.

Termina así la carrera del valiente Amaguq, osado al punto de la imprudencia y recordado también por su afán de justicia y equidad, su pulsión por compartir lo suyo y cooperar para el bien común. También es el fin del joven Fecut-Chaca, mejor conocido como “Jorge el Inmortal”, compañero de dos rangers y quien apenas recientemente alcanzara la adultez. La vida del aventurero es incierta, pero su intensidad bien vale el riesgo, afirman muchos.

Boram e Icanor permanecen a la expectativa, pero no parece acercarse nadie. Oyen “gritos” de “morsapo agudo”, otros de morsapo “normal”, y después de un rato, sólo silencio. Se quedan ahí, inmóviles pero preparados. Pasado cierto tiempo los vence el sueño. Al despertar, sienten que pueden rezar y recuperar sus habilidades especiales del día. Se curan y buscan la salida.

Con gran percaución, exploran el islote. Hay tres entradas en la superficie y dos debajo del agua. Hay una cámara subterránea, con mucha baba, donde se encuentra un cofre de piedra rústico. Lo abren y ven una bolsa pequeña de cuero, con monedas que parecen ser de plata, y otra bolsita de tela en su interior, con dos gemas: una piedra opaca de color café con manchas verdes y una perla negra de tamaño considerable.

Dejan a los cadáveres en el islote, dándoles una suerte de sepultura en el agujero donde estuvieran presos. Recuperan el equipo de Amaguq y la armadura de Jorge, dejándole sólo la ropa al ranger. Al tomar y acomodar las pertenencias del semielfo, notan cascarón de huevo… y descubren a un kobold bebé acurrucado en la cobija. Deciden llamarlo “Jorgito”. Icanor se lo pone debajo del sombrero. El kobold parece sentirse cómodo y termina durmiéndose.

Con mucho cuidado, cruzan el agua de nuevo y regresan a la “costa”. Empiezan a subir por el túnel, donde hallan claros restos de baba, recuperando cuerdas y pitones en el camino. Continúan y, hacia la mitad del trayecto, descubren una grieta en la pared rocosa, que no habían visto durante el descenso. El rastro de baba sigue esa dirección. La grieta asciende, es estrecha. Deciden seguirla, aunque a Icanor le cueste trabajo avanzar y esté aún herido, aunque mulas y pony lleven 24 horas o más solos a la entrada de la cueva…

Fin de la sesión, al medio día de 28 Lodo 13306.

900 XP por cabeza

Comentario

Al tomar las pertenencias de Amaguq, ven nuevamente el spellbook y los scrolls arcanos que encontraran en la cueva del mimic. Saben que eso puede venderse a buen precio…

 

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Masteraje

Occidente de Mojiganga (26-30)

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