Decimonovena sesión

 

La sesión empieza al caer la noche, en un valle montañoso. Cenan lo que queda del oso. Amaguq decide ir a cazar y Jorge lo acompaña. Logran matar a una cabra montés. La noche transcurre sin novedad.

A la mañana siguiente, Amaguq trata de encontrar las huellas que había estado siguiendo. Las encuentra, y nota que corresponden a dos seres bípedos grandes con varias cabras. Siguen el rastro, que cruza el valle hacia el norte y sube hasta una cueva, en la ladera de un pico empinado.

Después de ascender un par de horas, cuando creen estar cerca de la cueva, son recibidos por dos tiros fallidos de ballesta. Los dardos son grandes. Logran distinguir a dos seres humanoides corpulentos, con un solo ojo enorme en medio de la frente, tratando de esconderse.

Los seres atacan de nuevo y advierten al grupo que se detenga, que no es bienvenido. Logran establecer una conversación con ellos y se enteran de que un grupo de humanos fue a la cueva de Aureliano y lo mató, llevándose sólo “el cetro”. También averiguan que esos humanos después fueron hacia la cripta y no han regresado.

Poco a poco logran dilucidar que Aureliano era un monóculo que tenía un objeto verde brillante, y afirmaba que poseer dicho objeto lo marcaba como el legítimo rey de los monóculos. También entienden que su morada era la cueva vacía que el grupo viera el día anterior, y que sus interlocutores se llaman Oliverardi y Laurel. Los monóculos afirman que la cripta es un lugar tenebroso al que nadie se acerca, y describen su ubicación. Al final, les regalan una cabra.

El grupo decide dirigirse a la cripta. Regresan a la cueva donde viviera Aureliano y pernoctan en la entrada. La noche transcurre apaciblemente.

Al día siguiente suben por una vereda rumbo al oeste: la misma que habían visto antes, por donde va el rastro del grupo de humanoides medianos notado por Amaguq dos días antes. Poco antes del medio día llegan a una región más o menos horizontal. El rastro termina en lo que parece haber sido un campamento, cerca de una puerta de bronce que está directamente sobre una pared rocosa. Comen y, después de dudarlo un poco, deciden abrir la puerta.

Divad se tarda un poco, pero logra cascar la cerradura. Les hace notar que la puerta no ha sido abierta en mucho tiempo. Algrosh trata de empujar una de las hojas pero se patina; Dilos abre una tímidamente; Algrosh se llena de espíritu orco y le da un patadón a la que queda de su lado, abriéndola por completo.

Amaguq alcanza a distinguir seres humanoides… ¡son cadáveres! El grupo los ataca con flechas, pero no parecen hacerles mucho daño. Pronto se dan cuenta de que atrás de esos difuntitos hay tremenda calacota, con armadura de cuero hervido, una greataxe y una ballestota, con la que les dispara.

Anathiel lanza una piedrita con luz hacia el centro del salón, iluminando a los muertos revivientes. Éstos permanecen en su lugar, sin acercase al grupo ni alejarse de la luz. Icanor aplica smite evil a la calacota, y le lanza flechas de dos en dos, tronándole varios huesos. Amaguq dispara flechas de plata y de hierro frío, pero falla todos los tiros. Las flechas de los demás no parecen hacer mucho daño.

Entonces Dilos toma una decisión: prepara un frasco de aceite y se acerca a los de tamaño mediano que tienen carne (son cuatro). El cíclope calaca lo ataca y hiere en dos ocasiones, y después un zombie lo alcanza con un batacazo, mandándolo a la lona. Algrosh se acerca y mata a ese zombie de un hachazo. Anathiel llega hasta donde está Dilos y lo cura al siguiente round. Icanor y Amaguq también se aproximan, para tirar con mayor precisión.

Otro zombie cae también, cuando ya parece puercoespín de tanta flecha. Icanor termina de reventar a la calacota. Algrosh se enoja por no haber matado “al grandote”, entra en furia y mata a otro zombie. No recuerdo cómo cae el cuarto cadáver caminante, pero el salón parece estar en calma y todo el grupo está de pie, aunque Amaguq y Dilos tienen graves heridas. Notan que, al caer, los muertos revivientes se pudren, secan y poco menos que pulverizan en cuestión de segundos.

Fin de la sesión, a media tarde de 8 Lodo 13306.

500 XP por cabeza, incluyendo el encuentro amistoso con los monóculos, así que…

¡Suben de nivel! Preparen todo lo necesario, aunque no suben efectivamente hasta que apliquen el ritual correspondiente. Como supongo que lo harán pronto, creo que lo más expedito es que pongan todo en la hoja (los macros se actualizan solos) y la próxima sesión le restamos lo que corresponda hasta que apliquen el ritual. Exceptuando a Amaguq, que llega a 3°, para los demás sube +1 una habilidad: piensen bien cuál.

Cualquier duda, consulta, queja o sugerencia, por aquí o por mensaje.

 

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Cripta (19-25)

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