Sexagesimoquinta sesión

 

La sesión empieza cuando las tres brujas y un duendiablillo emprenden la retirada. El grupo está en el cuarto adyacente y las ven irse hacia el este (del mapa). Belarak, Sthlyfaugh y Alexandir las siguen, pero no ven ninguna puerta o pasaje por donde pudieran haber escapado. Boram permanece en el otro cuarto rematando a los duendiablillos caídos, lo cual le toma varias rondas. Es trabajo tedioso pero no están para sorpresitas: prudencia ante todo.

Sin embargo, el druida ya comienza a sospechar que hay algo raro: está convertido en elemental de tierra y se ha estado moviendo por las paredes. Sin embargo, aunque ambos cuartos parecen estar hechos (o recubiertos) de una sustancia nacarada brillante, él siempre ha tenido que limpiar algas para poder ver o pasar… De alguna manera, concluye que el cuarto gira o algo así, y se los dice a sus amigos, pero éstos no le entienden muy bien.

Sthlyfaugh busca alguna puerta secreta cerca del área por donde desaparecieran las brujas, pero no encuentra nada. Entonces se dirige a un trono de nácar con piedras preciosas incrustadas que hay al fondo de ese cuarto. Selecciona una gema azul casi del tamaño de su puño, que parece de gran valor, y cuidadosamente la desengarza usando una de sus hojas. Realiza el trabajo con gran maestría, pero después de separada, la piedra no está en su mano, sino en el mismo lugar que antes… extraño. Entonces investiga dos estatuas que hay junto al trono. Representan tritonas con ojos de rubí. Lo duda un poco pero decide no tratar de desengarzar los rubíes.

Para entonces, Alexandir y Belarak ya están seguros de que se trata de una ilusión mágica de alto nivel, con componentes táctiles y toda la cosa. Como el hobbit está hecho elemental de tierra, puede pasar aunque se crea la ilusión, y lo hace… Sólo para descubrir que las cuatro “huidas” lo están esperando del otro lado del pasaje que abre hacia el este. En cuanto lo ven, las tres brujas hacen ciertos ademanes al unísono y el druida queda convertido en sardina, aunque sólo físicamente (conserva sus facultades mentales, sus recuerdos, etc.).

Se dibuja una sonrisa maligna en los rostros de las tres brujas: ¡finalmente cayó uno! La victoria es nuevamente una posibilidad. Pero la sonrisa se les congela cuando ven que la sardina, tan campante, se convierte en elemental de agua y se mueve al fondo del pasaje, obstruyendo parcialmente la salida.

Viéndose perdidas, salen y huyen. Belarak y Alexandir, quien acaba de atravesar la falsa pared nacarada, las persiguen y atacan. El druida se hace remolino; después conjura un elemental de agua y un delfín. Alexandir recomienda varias veces que dejen una viva, para interrogarla. Finalmente caen dos brujas y el duendiablillo; la tercera bruja, estando rodeada, se rinde y pide clemencia. Alexandir empieza a atarla y Belarak a interrogarla. Hay poca comprensión por parte de la cautiva, así que el druida se desespera y la descuenta.

Mientras tanto, Sthlyfaugh sigue el otro pasaje y llega a una reja, tras la cual se ven unos peces muy feos, como gelatinosos, gordos y cabezones, de unos 80 cm de largo. Boram se aproxima poco a poco hacia donde se fueron sus amigos y atraviesa fácilmente la pared, sabiéndola ilusoria. El semielfo le da las aletas mágicas y le dice que siga el pasaje donde están los peces. El paladín entiende que por ahí se fueron los otros, así que se pone las aletas y se encamina en esa direción.

Llega a la reja. Observa que hay dos puertas, una muy pequeña y otra como de 1 x 1 m, ambas ceradas con cerrojos pero sin cerradura. Abre la puerta grande y entra, cerrándola tras de sí. Detecta el mal en uno de los peces, con resultado negativo. Continúa un poco y llega al fondo del túnel. Como cree que por ahí se fueron los demás, se empecina en encontrar alguna forma de pasar, sin éxito. Para entonces ya llegó el rogue, moviéndose lentamente por falta de aletas, y le explica que los otros se fueron hacia el otro lado, así que emprenden el regreso.

Fuera de la piedra, poco después de que cae la última bruja mientras el humano, decepcionado, grita “¡Noooo…!”, ven llegar a su amo y señor: el kraken. Los toma y les pregunta si ya terminaron la misión. El druida responde que hace falta sacar los cadáveres y el tesoro. El kraken los deja ir, advirtiéndoles que no se tarden y que no traten de engañarlo.

Alexandir y Belarak regresan a la piedra. Hacen una “trenza” de cadáveres con cuerda y buscan el tesoro o algún otro cuarto. Boram y Sthlyfaugh salen de la pecera y les ayudan. Al no encontrar nada de valor, deciden salir a informar al kraken. Éste les dice que ya tiene el tesoro, los toma con sus tentáculos y emprende la marcha. Después de un par de horas, durante las cuales pide informes de lo sucedido, les aplica el conocido “apretoncito” y los deja inconscientes.

Despiertan en su jaula, todos menos Sthlyfaugh. Tienen su ropa y nada más. Hay un recipiente grande con agua limpia y un montón de pescado crudo (fresco). También un montoncito de monedas de plata en el centro de la jaula. Alcanzan a escuchar ruido cercano y logran dilucidar que se trata de dos de las brujas en una jaula aledaña. El cuerpo del rogue está completamente flácido. Recuerdan que atravesó una zona envenenada y Belarak le aplicó un delay poison. Como pasó alrededor de una hora entre el hechizo y el momento en que partieron de esa piedra, saben que han transcurrido más de siete horas y menos de quince desde entonces.

Comen y beben. Se disponen a descansar. En eso ven aparecer el ojo enorme que conocen bien, y notan que, otra vez, no lo escucharon aproximarse…

Fin de la sesión, en 49 Frío 13306.

1600 xp por cabeza

Comentario

Muchas cosas no puedo decir porque no las encontraron o aún no saben qué son. Hubo suerte de su parte al no fallar ningún save decisivo.

Se entiende que (casi) nadie creyera la ilusión del kraken, estando acostumbrados a ilusiones de alto nivel, y porque apareció en el centro de la piedra sin que se sintiera ningún movimiento ni se oyera ruido alguno. El kraken, al surgir, rompió el nácar de la pared del cuarto… ¡pero todos los enemigos sabían que ese nácar no existía!

Algunas preguntas para hacerse:
– ¿Cuál era la función de los primeros seis undeads que encontraron? Su segunda entrada a la piedra puede darles una clave.
– ¿Por qué los mandó el kraken a esa misión?

 

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Masteraje

Esclavizados (60-65)

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