Septuagesimotercera sesión

 

Empieza la sesión mientras se alejan del lago. Al caer la noche, ponen el rope trick y descansan. El día siguiente amanece despejado. Belarak detecta criaturas poderosas no naturales, animales y humanoides en un radio de 14 km, pero no encuentra más que animales pequeños. Después se convierte en mastodonte y lleva cargando a los demás.

Hacia el medio día encuentran una manada de toros muy grandes, de color negro. Al ver al grupo aproximarse, la manada se aleja, pero cuatro individuos permanecen, haciéndole frente al grupo, como cubriendo la retirada. No son los más fuertes de la manada, pero todos tienen un dibujo de color morado opaco en la frente, que Belarak y Boram reconocen como el símbolo de Rulo.

El druida castea speak with animals y les pregunta varias cosas. Parecen ser tontos e ignorantes, además de estar muy sorprendidos de que un mastodonte hable bovino. No saben dónde haya humanoides. Se ven apetitosos, pero deciden dejarlos en paz y seguir comiendo pescado seco.

Continúan la marcha y a media tarde son atacados por tres tigres dientes de sable, que les saltan encima y atacan con mordida y cuatro garras. Tienen preferencia por el mastodonte, por ser más grandote y estar al mismo nivel que ellos. En el primer round cae Belarak, regresando a su forma normal.

Ourum y Sthlyfaugh también son dañados gravemente, pero logran tenerse en pie. Alexandir enceguece a uno con glitterdust, el rogue aplica varios sneak attacks, Boram lanza flechas por doquier, pero destaca un combo de críticos por parte de Ourum enfurecido, que hace trizas a uno de los gatitos. Finalmente logran vencerlos.

Descansan en el rope trick. El día siguiente amanece nublado. Se orientan lo mejor que pueden y siguen su camino. Notan que detalles para orientarse típicos del Plano Combinado, o al menos de la zona donde viven, no parecen existir en este lugar. Por ejemplo, no parece haber más nieve de ningún lado de las lomas, ni tener los árboles follaje más tupido en ninguna dirección. El día transcurre sin novedad. Descansan nuevamente y a la mañana siguiente se dan cuenta de que habían errado el rumbo.

Retoman la dirección correcta. Pueden ver una loma especialmente grande hacia el oeste (es decir, a su derecha). Continúan sin novedad y para descansar usan nuevamente el rope trick extendido. Al día siguiente se despiertan, se preparan y bajan del espacio extradimensional.

El primero en bajar es Ourum. En cuanto llega a tierra observa una especie de boa gorda de color azul metálico, con cabeza de cocodrilo y cuernos, que lo acomete. Entra en furia y se prepara para recibirla, pero lo alcanza una descarga eléctrica por detrás: otro bicho similar. Resiste y ataca a la que se aproxima, quien también trata de morderlo pero falla.

Los que están en el rope trick notan que hay problemas, pues ven el rayo y la reacción de Ourum. Alexandir avisa y dismissea el rope trick. Caen y se disponen a despachar a los reptilianos. Éstos están cansados de tanto esperar, y algo entumidos, así que fallan la mayoría de sus ataques. Aunque Boram logra tirar su arco y el discípulo dracónico recibe una buena cantidad de daño, pronto dan cuenta de los monstruos (y el segundo cae sobre el arco de Boram).

Entonces notan a un tercero que ataca. Belarak, en forma de elemental de aire, castea entangle en la zona donde se encuentra el enemigo y ordena al ankilosaurio que conjurara anteriormente, que ataque al recién llegado. El bicho logra soltarse y salir de la zona del hechizo, pero le toma tiempo y esfuerzo. Mientras tanto, el dinosaurio acorazado ya lo alcanzó y el Sr. Dragón tuvo una conversación telepática con él, donde lo conminó a rendirse a cambio de parte de su tesoro, a lo que el behir respondió con sonoras carcajadas mentales.

Boram saca su arco largo y dispara. Alexandir tira el suyo sobre el cadáver de un behir, lo recupera y continúa. Ourum, fatigado tras haber terminado su furia prematuramente, dispara un par de flechas con poco éxito mientras se aproxima; cambia de táctica y lanza dos scorching rays. El ankilosaurio golpea con su ariete y logra stunnear al reptiliano.

Todo parece bajo control, pero Sthlyfaugh decide lanzarse al combate cuerpo a cuerpo, sin siquiera ocuparse de flanquear con el dinosaurio. Los demás le recuerdan a gritos que no es tanque, a lo que responde que “entre todos forman un tanque”. Lanza sus piquetes pero, en su entusiasmo desmedido, deja caer una espada. Regresa a recuperarla y es mordido por el behir, quien lo atrapa y lo constriñe. Los otros atacan pero no logran despacharlo antes de que se trague al rogue, matándolo en el acto.

Fin de la sesión, en 30 Viento 13306.

3600 xp por cabeza (Sthlyfaugh 1800)

 

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Masteraje

Levantar al caído (73-78)

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