Sesión 139

 

Empieza la sesión cuando acaban de llegar a la cámara donde los recibiera anteriormente Imarril-al-Teveri-al-Techorear, emérito de la Asociación Científica de Akrranchep (ACA), conducidos por otros académicos y escoltados por un pelotón de cuerpos especiales (claramente más capaces que los militares regulares con quienes habían tenido trato), tras haberse teletransportado a la sala de recepción de la ACA, como les pidiera Imarril al ser contactado mágicamente. En el recinto los espera el emérito, acompañado de varios otros académicos, dos de ellos nobles (más grandes y de piel verde, en vez de rosa subido).

Después de saludarlos respetuosamente y ofrecerles algo de beber, Imarril pregunta si realmente encontraron a Icanor, y de ser así, la razón de no haberlo entregado, como habían jurado hacerlo. Relatan su aventura con la bola de ojos e informan de las estatuas de miembros de la estructura encontradas en el laberinto. Tras escuchar lo sucedido con un trolesote y una bola de ojos, es evidente la sorpresa y admiración de los académicos, e Imarril empieza a tratarlos con mayor deferencia. A esto se debe, en gran parte, que considere seriamente la liberación de Icanor y Jorgito cuando el grupo se la plantea, de manera que, tras deliberar con sus colegas, propone la siguiente opción: el grupo entrega a los fugitivos sin cobrar rescate alguno, los académicos los estudian durante dos meses y después los intercambian por un conjunto de peces del Lago Encantado. El grupo accede y dicen que los llevarán pronto.

Se dirigen entonces al centro oficial de despetrificación, donde regresan a Quetzalli a su consistencia de carne y hueso, pero no a la vida. Aunque no puede asegurarse, parece que estaba muerta desde antes de ser petrificada. Eso explicaría la posición en la que se encontraba, como aullando a la luna… en un lugar donde ni siquiera hay luna. Recuerdan que de las tres estatuas shaitán que encontraran en el laberinto de la bola de ojos, dos estaban en posición de lucha, como a medio combate, y otra parecía estar posando: con los brazos cruzados y las piernas ligeramente abiertas.

El cadáver de la loba está fresco, pero han pasado demasiados días para que Miztli pueda resucitarla con un raise dead. Sería necesario resurrection, pero se enteran de que ese tipo de hechizos no tienen efecto en outsiders, así que nadie los maneja por esa zona. Sin embargo, en el asentamiento enano de Darimbandi vive un clérigo poderoso, Firambi Banterok, quien los podría ayudar, Entonces guardan el cuerpo en el bag of holding grande y, al día siguiente, el clérigo le castea un gentle repose, pues quieren ir a Sémola a comprar diversos artículos antes de revivir a Quetzalli y Sr. Loro, para viajar más ligeros.

Llegan al hotel de Merrik-al-Jebim-al-Tospedar, donde se han quedado siempre que pernoctan en esa ciudad. Al día siguiente parten hacia Sémola, pero algo falla y llegan a otra ciudad, donde nunca han estado. Tras algunas averiguaciones descubren que es Pliktrracak, lo que resulta conveniente porque después tendrán que ir ahí, rumbo al Lago Encantado. Estudian el lugar con cuidado y, entonces sí, se teletransportan a Sémola.

Ahí dedican el día a buscar diversos scrolls arcanos y materiales para craftear objetos mágicos, con éxito moderado. A la mañana siguiente parten de regreso a Avrragrrom, pero algo sale mal: desaparecen y reaparecen en el mismo lugar, ligeramente dañados, aunque el hechizo fue gastado. Parece que el enano está un tanto fuera de práctica, tras semanas de no usar tan potente magia. Lo intenta entonces Alexandir y, afortunadamente, aparecen frente al hotel de Merrik.

Buscan un guía que los lleve a Darimbandi. El viaje toma dos días y cuesta 3000 gp. Salvo un ataque de elementales menores que rechazan con facilidad, el trayecto transcurre tranquilamente. En ese lugar son recibidos con cierta frialdad, a pesar de que los acompaña un enano, paladín de Uri (deidad cuyo culto está muy difundidio entre las comunidades de esa raza). Al saber que buscan resucitar a sus compañeros, la actitud mejora y los dirigen con Firambi, quien accede a hacerlo por un precio moderado, más el componente material. Consiguen un descuento en los diamantes y el polvo de diamante para restituir su constitución una vez que vuelvan y así, una vez que Quetzalli y Sr. Loro están vivos y fuertes, parten rumbo a la cámara donde dejaran a Icanor y Jorgito, con sus súbditos de cristal.

Se requieren dos teleports, así que cada caster activa uno. Aparecen en una cámara que, en efecto, se parece a la que buscaban, pero está vacía…

Fin de la sesión, a las 8:10 de 29 Horno 13306.

3000 xp por cabeza

Total: 289,782

Comentarios

1) Los bags of holding son una confusión en Pf, pues a veces aparecen como espacios adimensionales y otras veces como extradimensionales. Tras una sesuda deliberación, he decidido que sí es posible teletransportar criaturas dentro de un bag of holding.

Por otra parte, al revisar para decidir, encontré el siguiente detalle curioso que se me había pasado:
“If a bag of holding is overloaded, or if sharp objects pierce it (from inside or outside), the bag immediately ruptures and is ruined, and all contents are lost forever.”
Es decir que alguien dentro no puede salir a menos que otro lo saque. Lo habíamos estado manejando que si alguien rompía la bolsa, ésta dejaba de servir pero su contenido quedaba desparramado en el lugar. Era un error: si la bolsa se rompe, todo lo que haya dentro, así sean criaturas, está “lost forever”…

2) Había faltado contabilizar 688 gp. Ya las desconté.

3) Disculpen la prisa que me invadió durante la sesión. En gran parte por mi culpa, lo admito, pero el trámite burocrático se alarga demasiado y empieza a resultar tedioso. Aún así, habría sido mejor rolear un poco Darimbandi y empezar la próxima sesión cuando se teletransportan al reino de Icanor.

 

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