La sesión empieza cuando Miztli convence a Alexandir y Aria de ir a destruir a los undeads que, de manera extremadamente metajuéguica, sabe que se encuentran cerca del roble que plantara Belarak. Conjura tres anquilosaurios y se lanza al ataque, secundado por ambos flecheros. A pesar de algunos pequeños imprevistos, como que Aria se descontrola y su arco termina sobre el techo de una casa, hacen trizas a los muertos vivientes con gran facilidad.
Después se teletransportan nuevamente a El Complejo, donde los recibe el mismo elfo elegantemente vestido. Piden dos scrolls de plane shift, pero pretenden cambiarlos por dinero. El elfo dice que Miztli puede hacer un trato similar al que hicieran los otros dos. El grupo insiste y el elfo no cede, pero aclara que el enano podría pedir casi lo que fuera… lo que hace entender a Alexandir y Aria que, por un lado, pidieron poco y, por otra parte, los tratos que hicieron con tanta ligereza son con entes poderosos y probablemente muy malignos.
Se teletransportan nuevamente, ahora a donde llegaran originalmente con el plane shift de los clérigos de Mardeka. El hechizo no los lleva a donde querían, pero es un poco lo de menos. Si bien alcanzan a vislumbrar claramente El Horror, la torre sinuosa que se levanta cerca de Acabose, es claro que están alejados al menos unos 20 km de El Complejo. Pueden ver una roca grande, a uno de cuyos lados pone Alexandir el rope trick. Aria extrae su scroll de shadow walk para cualquier emergencia.
Para entonces, los otros tres están francamente preocupados. Piden a Macronius que envíe otro sending a Alexandir, diciendo: “De parte de Belarak: no pudimos ir, casi muero. Salgan de esa casa. ¿Dónde están?”, a lo que el humano responde: “Estamos afuera. Hablen con el clérigo maldito de la otra ciudad para que los lleven a la Planicie”. Sin embargo, ellos no saben cómo podrían llegar rápidamente a Mardekápolis, ni como podrían, si alcanzaran a la Planicie de los Portales Infinitos, localizar a los otros y después llegar a ellos. Alexandir, Aria y Miztli discuten eso y se dan cuenta de que la única opción es pasar la noche en ese plano maldito, hasta que Miztli pueda preparar plane shift.
Primero duerme Miztli sus dos horas, y cuando se despierta hacen lo propio los otros dos, la semielfa con el scroll a la mano. Cuando sería más o menos media noche, el enano mira de repente frente a él a un pajarraco, que lo empuja y entra al rope trick, pero el clérigo alcanza a gritar, despertando a los demás. Alexandir dismissea el hechizo y quickenea un dimension door, llevándose a todos lo más lejos que puede; eso les da algo de tiempo, aunque alcanzan a ver a varios pajarracos, dos pelones pálidos y un rojorila que rodeaban la zona del rope trick. Antes de que los demonios puedan seguirlos, Miztli los teletransporta afuera de Acabose.
No se sienten a salvo y consideran opciones. Concluyen que esos demonios fueron enviados por los “elfos” con quienes cerraran tratos, probablemente para forzar a Miztli a hacer algo similar. La única posibilidad parece ser huir hacia le Plano de las Sombras, a pesar de sus peligros inherentes. Cuando Aria se dispone a usar el scroll, aparecen los demonios que acababan de molestarlos, rodeándolos… y prácticamente confirmando las sospechas del grupo. La semielfa activa el scroll y entran al Plano de las Sombras, donde los demonios no parecieran poder seguirlos. Caminan una hora por no dejar y después montan otro rope trick, donde descansan sin problemas. Llegada la hora, Miztli prepara plane shift y los regresa al Plano Combinado, donde alcanzan el templo de Auilfa en Lerma con un teleport.
Son bien recibidos, tanto por los clérigos de Auilfa como por el resto del grupo. Cuando comentan los tratos que hicieron, Macronius se queda con la boca abierta, y no puede creer que hayan sido embaucados con tanta facilidad. Algunos insinúan que es culpa suya, pues estaban tratando de rescatar a Goben, pero él se defiende preguntando por qué, para empezar, fueron a un lugar donde ni siquiera los demonios se atreven a entrar… a lo que Alexandir responde orgulloso que es el estilo del grupo, y Sthlyfaugh insiste en ser el de la idea original.
El abad comprende que ahora deben resolver ese problema y que él tendrá que ocuparse del rescate de Goben-Dalh, aunque sigue intrigado de que Auilfa los haya escogido a ellos para la tarea… Sthlyfaugh finalmente lo convence de que les dé un plazo de dos semanas, pues ya han convivido con maldiciones anteriormente. Quedan en que si no rescatan a Goben para 39 Lodo, se anula el trato que tienen.
Después Los Papachongos piden que se hagan algunas adivinaciones para averiguar la naturaleza del tatuaje que tienen Alexandir y Aria, y la manera de zafarse de los tratos que hicieran. Entonces escuchan ambos en su mente a sus acreedores, reclamando por las acciones que quieren tomar. Aria sabía que el “elfo” podía percibir a través de ella, gracias a la marca que le pusiera, pero Alexandir no lo tenía bien claro.
Las reacciones de ambos miembros son muy distintas: el humano empieza a discutir, afirmando que tiene el derecho de investigar a la gente con la que hace tratos, y el otro le responde que puede imponerle una tarea desagradable, pues en el trato la tarea que él debe realizar quedó abierta. Mientras tanto, aunque sabe que es escuchado, Alexandir pide que compren scrolls de legend lore y vision. Por su parte, la bardo pregunta si la tarea que él le impondrá interfiere con “su misión actual”, así que su interlocutor pregunta cuál es esa misión y, tras enterarse, responde que no tendría por qué estorbar de manera ninguna dicha empresa. Aria comunica lo anterior a los demás miembros del grupo.
Mientras tanto, Sthlyfaugh echa mano de todo su conocimiento y toda su intuición, y termina concluyendo que un trato es algo mucho más comprometido que una bendición, así que aún siendo seres muy inferiores a Chuggiña, podrían tener tanto o más control sobre sus amigos que el que tuviera la Princesa de los Champis sobre Los Papachongos en su momento.
Entonces Alexandir decide aplicar una prueba, que espera conduzca a una solución: activa un campo antimágico y trata de comunicarse telepáticamente con su acreedor… pero no recibe ninguna respuesta. Tras brincar de gusto, le hace señas a Aria para que se acerque a él. Luego pide que consigan quién pueda castear legend lore y/o vision. Macronius moviliza a sus clérigos, quienes buscan por toda la ciudad, pero como son hechizos con componentes materiales caros, nadie lo tiene preparado. Para esto ya han pasado setenta minutos desde que se casteó el campo. Tratan entonces de comprar unos scrolls, pero tras cincuenta minutos más quedan convencidos de que no hay uno solo en todo Lerma. Van entonces Belarak, Miztli y Sthlyfaugh a Koroturu, con instrucciones precisas de Alexandir sobre dónde y a quién pedirle los scrolls, y regresan cincuenta minutos después no con todos, pero sí con varios de los que pidiera el otro, atado a su campo antimágico.
Acude un poderoso mago, el venerable Fliguerius, quien ya estaba listo esperando en el templo. Activa el scroll de legend lore en sólo media hora, y se entera de lo siguiente: “¡Ah! Es la marca de los pincitas. Hay un tipo de demonio al que le gusta hacer tratos con mortales: puede concederles un deseo a cambio de una tarea. La marca permite la comunicación telepática y también permite al pincitas percibir lo que percibe el marcado. Y obliga al marcado a realizar la tarea, causándole mucho daño continuo si no lo hace. Es prácticamente imposible quitarla sin realizar la tarea, especialmente porque el demonio se da cuenta y entonces te encarga una tarea terrible. Ni siquiera la muerte te libra de la marca: sólo llevar a cabo la tarea.” Y concluye: “Muy mala cosa, haber adquirido esa marca…” También comenta: “Y además… el pincitas claramente nota que, de repente, ya no puede percibir a través de tus sentidos, debido a tu campo antimágico. Así que prepárate para cuando se termine el efecto… De hecho, creo que yo me voy: ya estoy viejo para estas cosas, je je. Un gusto, amigos. Ahí la bimbo, Mac.” Alexandir le pregunta que cómo podría quitarse la marca. Fliguerius ya se está yendo, pero alcanza a decir, ya de salida: “wish o miracle, pero no siempre funciona”.
El eldricht knight, no muy versado en asuntos divinos, propone a Macronius cambiar una entrada al Cuarto de los Regalos por dos miracles, pero éste explica que, además de que él no tiene aún acceso a dicho hechizo, no funciona como un wish: no tiene posibilidad de “torcerse” y no cuesta dinero, pero se pide para algo específico, así que sólo gente muy, pero muy poderosa tiene acceso a él de manera rápida. La mayoría de quienes pueden utilizarlo deben esperar por lo menos varias horas, si no es que días.
Quedan diez minutos de antimagic field. Alexandir pide alcohol y drogas para lo que pueda suceder. Macronius les echa su bendición y sale. Pronto llegan varios clérigos con… alcohol y drgas diversas. Salen y cierran las puertas, no sin antes preguntar a los demás Papachongos si quieren salir también. Éstos, ya sea valiente o imprudentemente, permanecen.
Fin de la sesión, a las 12:00 de 25 Lodo 13307.
4000 xp por cabeza
Miztli: 675,033
Agra, Alexandir, Belarak: 672,233
Aria, Sly: 669,733
Comentarios
1) Icanor y Jorgito quedan finalmente libres en 32 Lodo, exactamente dentro de una semana.
3) Tremendos esos demonios, que a Aria hicieron creer que estaba deslumbrando con su belleza y la fuerza de su personalidad, y a Alex que era tan suspicaz e inteligente que era él quien estaba envolviendo al “elfo” y no al revés. Pero insisto: ¿a quién se le ocurre hacer tratos no estrictamente monetarios con gente del Plano de las Capas Infinitas y, peor aún, tratos abiertos?