Empieza la sesión cuando regresan los que salieran a pasear por la ciudad. Piensan dormir en el Gran Templo de Uri en Mériha e ir al día siguiente a la Ciudad de los Celos, para utilizar el portal hacia Lochomblis. Como ya son “visitantes distinguidos”, esperan interrogatorios, revisiones y una vigilancia constante en dicha ciudad.
Alexandir cree que hacer una cita con Balzachi es una buena salida, pues mata dos pájaros de un tiro: lo visita, que es algo que de todas formas tiene que hacer, y sirve como pretexto para justificar su entrada a Las Tres Gracias. Miztli envía un sending al adivino: “Hola. ¿Puede recibir a Alexandir mañana?”, y recibe como respuesta: “Buenas, impaciente amigo. Dile a Alexandir que estoy ocupado, pero me interesa contactarlo en un par de semanas. Yo lo buscaré cuando llegue el momento”.
Finalmente deciden decir abiertamente a sus interrogadores que se dirigen a Lochomblis a matar a un demonio, que creen servidor del Príncipe de los Muertos Revivientes. Sin embargo, consideran prudente no llevar los objetos más valiosos, y mejor dejárselos encargados a Mandúkar en Katrunákar.
Descansan y, a la mañana siguiente, se despiden de Oxkaalai, quien sólo libera al semielfo al momento de la partida y comunica al paladín que no debe llevar otra vez a dicho personaje al Plano de los Jardines, ni aún en caso de emergencia. Éste se disculpa y pide permiso para dejar encargada a Quetzalli en el templo, el cual obtiene con facilidad. Belarak consigue que le vendan un feahter token (tree) de roble cobrizo, árbol muy común en ese plano, pero se le advierte nuevamente que nunca debe llegar directamente a Brojolia, la segunda capa, sino siempre a Abunia.
Finalmente parten y llegan sin problemas al Plano Elemental del Aire, la región del cielo interminable. Mediante teletransportación alcanzan el jardín interior de Mandúkar, quien los recibe junto con El Midas, con quien estaba tomando xá. Les ofrece una taza y todos la aceptan. La beben mientras cuentan rápidamente sus aventuras de los últimos días. Después le dejan encargados sus objetos especiales y, tras un vinito de despedida que sólo algunos beben, parten hacia el Plano de las Capas Infinitas. Sr. Loro también permanece, bebiendo vino y suspirando aliviado: ¡por fin un poco de tranquilidad para el pobre!
Decide la suerte que lleguen a la Planicie de los Portales Infinitos justo enmedio de una hueste de demonios de todos tipos: hay hordas de melenas y puercoides, así como de unos demonios delgados, horribles, que encontraran desde la primera vez que visitaron dicho lugar. Además, hay muchos otros tipos en cantidades menores, principalmente arreando a los anteriores. Cerca de donde llegan Los Papachongos hay un ser de unos tres metros y medio de altura, con el cuerpo de color rojo y una cara de lobo deformada; de su cuello surge una serpiente y carga un hacha gigantesca. Claramente es un molón: un tipo de demonio muy poderoso que frecuentemente actúa como comandante en los ejércitos que participan en la Guerra de las Plataformas… Afortunadamente, Alexandir reacciona con gran rapidez y teletransporta al grupo cerca de la entrada a Las Tres Gracias antes de que ninguno de los energúmenos alcance a reaccionar. Si no fuera por ese preciso movimiento, probablemente se habrían encontrado en serios problemas.
Una vez a salvo y con el edificio de migración a la vista, el grupo se aboca a disfrazarse. Belarak se convierte en cuervo y Aria en elfa. Alexandir se disfraza de no mago mal disfrazado de mago. Miztli se pone un parche en el ojo y asume que todos lo tomarán por pirata, pero Aria mejora su caracterización con unos toques maestros. Entran y son inmediatamente interrogados. Aria afirma de entrada que son Visitantes Distinguidos, así que, tras preguntar sus nombres, los hacen pasar a un cuarto para que esperen a los miembros de los Cuerpos Especiales de Recepción.
Tras unos quince minutos aparece su conocida: la Capitana Fresh, una fiendish gnome que lograra lo inimaginable: quebrar a Agra a base de tortura. Viene acompañada de un contingente, en el que destacan un humano y un elfo, no fiendish, a los que los demás nunca se acercan demasiado. El humano, de piel muy blanca, es Moloko, quien fuera asignado a su escolta tras la entrevista con fresh en su visita anterior.
La capitana los interroga en conjunto y después por separado, además de revisar minuciosamente sus pertenencias. Parece satisfecha con la idea de que vayan a hacer desmanes a Lochomblis, así que les permite el paso. Cuando están a punto de retirarse, Alexandir le pregunta en tono de broma si no quiere un souvenir… La capitana se torna seria y responde que sí, por supuesto, y pregunta qué hay por allá. El humano trata de zafarse afirmando que sólo hay muertos y ruinas, así que la gnoma demoniaca comunica que un un pedacito de muerto y un pedacito de ruina le parece un buen souvenir y, tornándose aún más seria, insiste dos veces en que espera sus regalos, que no la decepcione.
El grupo sale del edificio de migración a Níbilo, la zona de la Ciudad de los Celos que se encuentra en La Primera Gracia, e inmediatamente se teletransporta justo encima del portal que conduce a Lochomblis desde el Bosque de los Colmillos. Caen por el portal y, al surgir en Lochomblis, no ven a nadie… Es la primera vez que no encuentran a una horda de undeads cerca del portal. Se teletransportan a Adriana, al interior de una casa en ruinas que conocen.
Su intención es sembrar un árbol dentro de la casa, para que no sea conspicuo, pues saben que hay demonios voladores patrullando constantemente la ciudad. Sin embargo, el lugar es demasiado pequeño para que quepa el roble. Belarak tira el segundo piso con par de stone shapes, tras haber silenciado toda el área donde caerán las piedras, pero aún así habría que limpiar el cascajo y hacer un hueco de unos dos metros en el suelo. Nadie tiene preparado transmute rock to mud y no hay slots disponibles. Alexandir intenta traer a un shaitán con un planar binding para que haga el trabajo, pero no lo logra. Por lo menos, aprenden la lección: si no se está planeando una acción específica de gran envergadura que requiera todo el arsenal, siempre es conveniente dejar uno o dos slots abiertos de cada nivel.
Dada la situación, deciden ir al recinto de Los Empolvados y esperar al día siguiente para poder preparar transmute rock to mud. Salen volando a toda velocidad y alcanzan a observar a dos parejas pajarraco-pelón pálido patrullando las alturas; en cuanto avistan al grupo, el pelón pálido de cada par desaparece… El grupo llega a un lugar cercano a por donde entrara la vez anterior, aunque los aventureros no pueden distinguir la puerta. Tras un minuto o tal vez menos, escuchan una voz conocida cerca de ellos: es Elarimbu, el gnomo, pidiéndoles que lo sigan rápidamente. Los conduce a la puerta y la abre. Todos entran y siguen el pasillo hasta llegar al gran galpón en ruinas a cuya entrada está la “recepción”.
Elarimbu, ya visible, pregunta si quieren comer o beber, y los deja unos minutos mientras se hace el inventario de sus objetos mágicos. Regresa y los conduce al refractario, donde les ofrece los pobres víveres con que cuentan: carne correosa y con mal olor, galleta vieja y blanda, vino de calidad regular ya un tanto torcido, agua con sabor a panteón… Los Papachongos, que saben que es lo mejor disponible, agradecen amablemente. El gnomo afirma que Berenguei tiene información importante para ellos y, una vez satisfecho el apetito de los aventureros, los conduce con él.
La calaca poderosamente equipada que ya conocen los recibe con toda la calidez de que es capaz una calaca. Comunica que el delnabo parece haber estado tomando precauciones: un par de rojorilas, acompañados de pajarracos y pelones pálidos, se estuvieron paseando varios días por la ciudad. Les recuerda que los rojorilas tienen la curiosa y temible habilidad de teletransportarse con criaturas que tengan grappleadas, aunque éstas no quieran. Por lo mismo, son mercenarios caros. ¿Para qué los contrató el delnabo? Para separar a los aventureros y poderlos despachar de uno en uno, o de dos en dos. ¿Para qué los mandó a pasearse por Adriana en compañía de otros que ya conocían la ciudad? Los Papachongos proponen que está mostrando poder y en realidad quiere evitar el conflicto, pero Berenguei no cree que sea así: los demonios no suelen dejar asuntos pendientes; él piensa que estaban quedando de acuerdo en puntos específicos para poder decirles con facilidad a dónde deben teletransportarse, de acuerdo al lugar donde se encuentren los enemigos del delnabo.
De manera similar, deben haber acordado ya el punto a donde serán conducidos los secuestrados: el delnabo está ahora en Fuente de Lágrimas, en la Plaza de las Esferas, pero es casi seguro que no quiera llevar “trabajo” para allá, pues se supone que la violencia está prohibida en esa ciudad y, si llega a generar consecuencias de consideración, se meterá en problemas con individuos muy poderosos. Estar ahí lo protege, pero si pretende tomar parte activa en un ataque, probablemente lo haga fuera de la ciudad. Por otra parte, atacarlo en Fuente de Lágrimas es peligroso por la misma razón: si no logran vencerlo rápidamente, media ciudad se les echará encima, incluyendo las Fuerzas del Orden.
Comenta también, pues ignora si el grupo está al tanto, que en la Plaza de las Esferas hay varias esferas de diversos colores, que emiten energía negativa; la intensidad de la emisión varía constantemente, y puede llegar a ser increíblemente alta. Casi todas las criaturas que viven en Lochomblis, o bien son naturalmente inmunes a la energía negativa, o bien tienen la Bendición de Sucro, que los inmuniza.
Fin de la sesión, a las 12:00 de 27 Lodo 13307.
6000 xp por cabeza
Miztli: 687,033
Agra, Alexandir, Belarak: 684,233
Aria, Sly: 681,733